28 de julio de 2009

Desazón...


Todo se ha vuelto en blanco y negro...



Y las palabras no las digo, pero gritan por sí solas...

26 de julio de 2009

¿Qué es esa luz?

Ya no sé ni a quién le escribo.

Agazapado entre la oscuridad, sumergido en la más axfixiante soledad, confundido. No he visto venir las nubes, sólo he visto la luz agonizar durante un corto segundo en el que ni me ha dado tiempo a reaccionar. Y tras ello la nada. Y tras la nada yo.

Como si la sangre no me llegara al cerebro, como si en lugar de corazón tuviera un hueco. Los pensamientos son ambiguos, cambiantes, fugaces. Leves parpadeos de lucidez apenas visibles en mis ojos oscurecidos.

Es como si ya no caminara, como si el mundo me llevara a empujones. Quiero pararme, pero el tiempo aprieta y el suelo quema mis pies si estoy quieto. Quiero pararme porque siento que no soy yo el que camina, siento que ya no sé cómo se camina, ni a dónde caminar. Quiero agazaparme y esconderme de todo, no existir, ser invisible. Quiero ser invisible y que nadie me vea para verme yo mismo. Pero siempre está el error de esperar que alguien me esconda, que alguien me tome de la mano y me lleve lejos, y me salve de mí mismo. Mi error favorito, y que a pesar de todo sigo sin creerme.

Ya no sé ni lo que escribo.





¿Dónde estás, Luna?

24 de julio de 2009

Oscuridad entre la hierba

Y cuando te adentras en la más honda oscuridad ves que hay estrellas, aunque sólo sea una, que te iluminan con su luz. Y ves que no hay un camino, que todo es un prado verde mecido por el viento, y que tú decides a donde vas, y que tú decides donde esconderte. Y ves que el prado se pierde en la inmensidad del horizonte, donde el verde se funde con el azul intenso, recordándote todo lo que te queda por vivir.

Al final sólo queda eso, el color verde del camino y el recuerdo de la hierba acariciando tus manos al caminar...

La vida es coleccionar buenos momentos. Y olvidar todo lo demás.

Quizás la cuestión no es encontrar, quizás la cuestión es ser encontrado. Quizás sea escapar. Quizás sea encontrarte tú mismo. Quizás no haya nada que encontrar, y la felicidad esté en la búsqueda. Quizás, quizás, quizás... Y entre tanta incertidumbre sólo quedan los momentos, las noches, las palabras, las miradas, las risas, los sueños, los besos... Sólo queda la hierba.




El equilibrio es imposible. Pero como sabían que era imposible...lo hicieron...

16 de julio de 2009

Ser humano

Nunca he renegado de mí mismo, pero a veces reniego de los demás. De todos. De los humanos en general. Será ego, será narcisismo, será presunción, pero no me veo igual que los demás. Tengo un concepto tan bajo de la gente, que me da igual lo que piensen, pero no soy como ellos. En este tema siempre generalizo, siempre hablo demasiado, y no es así: hay que matizar. Entre tanta mierda que pasea por el mundo siempre encuentro gente, que al final si me pongo a contar es mucha, que me gusta. Encuentro perlas entre las babas de las ostras. Hay gente que vale la pena, siempre la hay. Pero aún así, si miro con objetividad y con frialdad desde lejos...la mayoría no merecemos el mundo que pisamos. Lo he dicho en segunda persona del plural, pero sigo sin considerarme igual que los demás, aunque de una forma u otra participo en la masacre. Estamos destruyéndolo todo, poco a poco. Reniego completamente del ser humano. Somos el animal más inteligente, el más capacitado para sobrevivir en cualquier condición. Inventamos, doblegamos y adaptamos al medio a nosotros, pero toda esa inteligencia que se derrama por nuestros poros no es capaz de entender que debemos tener en cuenta las consecuencias de lo que hacemos. No es que no lo sepan, lo saben. Esos peces gordos saben lo que hacen, y si no lo saben es porque no quieren saberlo, porque se niegan a aceptarlo, pero aún así lo saben. Entonces, si la inteligencia no nos falla...¿qué nos falla? La ambición. La individualidad. La empatía perdida. Eso nos falla. Qué más da que el mundo se vaya a tomar por culo, si nosotros no estaremos para verlo. A los que vengan después que les folle un pez espada, si es que no se ha extinguido.

Es uno de tantos problemas. Es interminable el tema de la condición humana, y la mierda que nos corre por las venas y las neuronas. Somos tan egocéntricos, tan influenciables, tan maleables, tan maquiavélicos, tan individuales, tan gregarios, tan contradictorios, tan cretinos, tan autodestructivos, tan destructivos... Somos antinaturales, hemos perdido todo lo que alguna vez fuimos, y ahora no somos más que reductos lamentables adaptados a la comodidad que hemos construido. No somos animales, somos lapas lamiendo la mierda del acuario que levantaron un día nuestros ancestros, y tras cuyos cristales se extiende un mundo que ni vemos.

Somos la mierda cantante y danzante del mundo.

Me he puesto trascendental. Es lo que tiene ver El club de la lucha de noche y ponerse a escribir en un blog. Soy el sentimiento de rechazo de Bruno.

Ponme una pistola en la cabeza y pinta la pared con mi cerebro.Qué maestría tienes, puto David Fincher...

7 de julio de 2009

Interminable

Qué bueno ese abrazo que me devuelve la vida y la convicción...


...que me reconforta, que me llena.



Ojalá no se acabara nunca, ojalá el tiempo se rompiera en ese momento y nada pudiera separarnos, y todo se redujera a eso, a nuestro abrazo, piel con piel, corazón con corazón...



5 de julio de 2009

Hablando con las paredes

Me he llevado mucho tiempo soñando con ese futuro. Soñando despierto con esos ojos, construyendo castillos en el aire que soñaba habitar algún día. Sigo soñando, sigo ensimismándome en la imagen de esos castillos, pero cada vez que se disipan, perdiéndose en el viento, me cuesta más volverlos a construir. Las noches cada vez parecen más oscuras, como si el sol no fuera a salir. Y siempre sale, pero cada vez la oscuridad es más intensa.

Aún así sigo soñando...

...pero paulatinamente las pesadillas sustituyen a ese sueño. Pesadillas que me aterrorizan, que me quitan todo lo que he soñado durante una vida. Ese mundo onírico que he creado se desmorona y en el espejo me veo extraño. Y cada vez tengo más miedo a soñar.



Y hablar con las paredes no ayuda...