Por más que me aferre al peluche me falta la calidez de su piel desnuda entre las sábanas me falta su respiración, sus besos, sus pechos... me sobra el pijama.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Muchas veces experimentar el sufrimiento parece tan apasionante como el extasis que nos provoca la alegrìa. El sufrimiento genera muchas cosas...nos moviliza, nos paraliza al mismo tiempo y nos eleva a un estado extraño. Recordar que nunca esta perdido el partido de la vida, no ser expectador, ser protagonista.
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Muchas veces experimentar el sufrimiento parece tan apasionante como el extasis que nos provoca la alegrìa.
El sufrimiento genera muchas cosas...nos moviliza, nos paraliza al mismo tiempo y nos eleva a un estado extraño.
Recordar que nunca esta perdido el partido de la vida, no ser expectador, ser protagonista.
No sé cómo he llegado hasta aquí, pero me gusta mucho el blog. Te sigo (:
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