Lo malo es que los intelectuales emocionales, los filósofos, los lúcidos, por muy superiores que se sientan respecto a la mayoría de las personas con las que conviven, están abocados al silencio y a la soledad intelectual si no se buscan una cueva adecuada. La gente no quiere que las lleves al huerto, que tengas la razón siempre, que lo critiques todo, que rasques siempre todos los maquillajes y hurgues constantemente y le estropees el disfraz a todo el mundo. La gente quiere vivir engañada y calentita.
Manuel Hachero
2 comentarios:
Muchas veces he pensado lo mismo, y es una putada.
Releo y releo. Cuánta razón en tan pocas palabras.
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